Portugal es un país perteneciente al Área Mediterránea que se encuentra al oeste de la Panínsula Ibérica. Tiene un clima templado oceánico. Entre los numerosos atractivos turísticos del país, los principales son sus inacabables playas, sus parques nacionales y regionales, y sus recursos culturales.
Comenzaremos la ruta por los paisajes naturales del país:
Parque Nacional de Pereda-Gerês.
El parque nacional de Pereda-Gerês es el único parque nacional de Portugal. Situado al noreste del país, ese extiende por varios municipios de este. Fue declarado parque nacional el 8 de mayo de 1971 debido al interés científico nacional e internacional, el objetivo era proteger el suelo, el agua, la flora, la fauna y el paisaje y conservar al mismo tiempo su valor para los recursos naturales y humanos. Además de promover el turismo y la educación.
Parque Natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina.
El parque natural del Suroeste Alentejano y Costa Vicentina se encuentra al sudoeste de Portugal entre la ribeira de Junqueira en São Torpes y la playa de Burgau. En el parque hay diversos tipos de paisajes y hábitats naturales como arribes, acantilados, playas, varios islotes y arrecifes. El clima es mediterráneo pero con influencia atlántica, las temperaturas se mantienen estables y agradables todo el año excepto en periodos de ventiscas.
Parque Natural de Montesinho.
El parque natural de Montesinho se encuentra al nordeste de Transmontano, cerca de la frontera con España, y es uno de los más grandes entre los 12 que tiene el país. Este parque fue creado para preservar tanto los pueblos de la zona como su entorno natural. El parque cuenta con dos montañas: Serra da Coroa y Serra de Montesinho, que da su nombre al parque. La fauna es muy variada y la gran mayoría de sus especies está protegida.
Parque Natural de Sintra- Cascaes.
El parque natural de Sintra- Cascaes se encuentra muy próximo a Lisboa y se extiende desde el pueblo de Sintra a las zonas de playa de Guincho y Cabo da Roca. Se divide en dos zonas: la zona agrícola y la zona costera. El parque presenta una diversidad de paisajes, que incluye dunas, bosques, lagunas, una accidentada orla costera, con encantadoras playas entre altos acantilados, el Cabo de Roca y la Sierra de Sintra. Todo el territorio ha sido clasificado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Continuamos la ruta con los monumentos y el paisaje histórico-cultural del país:
Torre de Belén.
La torre de Belén está situada en la capital de Portugal, Lisboa. Es obra de Francisco de Arruda y Diogo de Boitaca. La estructura ha tenido numerosos usos para el país, desde defensa de invasores en el estuario del río Tajo, hasta prisión, faro y centro de recaudación de impuestos. Se encuentra en la desembocadura del río Tajo, al suroeste de Lisboa. Junto con el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983.
Monasterio de los Jerónimos.
El monasterio de los Jerónimos, junto con la anterior nombrada Torre de Belén, fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983. Este edificio se encuentra en Lisboa, la ubicación del monasterio fue elegida por ser donde se encontraba la Ermida do Restelo, iglesia donde Vasco de Gama y su tripulación pasaron un tiempo rezando antes de iniciar su viaje y se construyó para celebrar el regreso de la India de dicho explorador. Fue diseñado por el arquitecto Diogo de Boitaca.
Convento de Cristo.
El Convento de Cristo se encuentra dentro de las murallas del Castillo Templario, en la ciudad portuguesa de Tomar. Tanto el castillo como el convento fueron sede de la Orden de los Templarios y de la Orden de Cristo. Ambas instalaciones fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Palacio da Pena.
El Palacio da Pena, situado en la ciudad de Sintra, fue una de las principales residencias de la familia real portuguesa durante el siglo XIX. El palacio fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. El príncipe Fernando II de Portugal, fue quien ordenó la construcción del palacio da Pena en 1836. En una excursión que realizó junto a su esposa por Sintra pudieron contemplar las ruinas de un antiguo monasterio, y ordenó su reconstrucción convirtiéndolo en este famoso palacio.
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